Hay veces que leemos porque nos gusta la historia que nos cuenta el autor, otras porque nos gusta cómo nos hacen sentir las descripciones y las sensaciones que nos deja. Eso es exactamente lo que ocurre con Jiro Taniguchi y su recopilación de cuentos El caminante, que no debemos confundir con la novela de Soseki Natsume también titulada El caminante y cuyo protagonista también se llama Jiro.
El manga de hoy tiene un dibujo delicado en el que siempre está presente la luz del atardecer, con esas sombras alargadas tan agradables, y en el que casi todo el peso está más en la viñeta que en el texto de los pocos bocadillos que encontramos. El color y el blanco y negro se mezclan no de forma aleatoria ni como una separación entre escenas, tiempos o mundos, como se suele hacer, sino para conseguir, en cada momento, el efecto que mejor acompaña a la acción. Es una obra autobiográfica en la que Taniguchi nos cuenta los paseos que daba en su nuevo barrio y donde nos describe el descubrimiento de la gente, de la fauna, de la naturaleza y de los callejones de servicio. También de lo que se siente al nadar en una piscina vacía, un baño caliente después de un chaparrón, subir a un árbol, reparar un juguete, seguir a un desconocido... sensaciones muy cercanas que, aunque en muchos casos no hayamos podido vivir por ser actos que tienen un arraigo cultural, nos llegan igual de bien por la forma tan sencilla en la que está descrita.
Se presenta en un solo tomo que, lamentablemente, es muy mejorable. Se cambia el orden de lectura con una encuadernación occidental. En algunas de las historias se pierden detalles por una traducción insuficiente de los textos que aparecen en los dibujos, encontramos erratas en los bocadillos y, además, esta edición definitiva presenta una serie de historias añadidas que no tienen mucho que ver con la vida de Taniguchi en su nueva casa y que desdibujan ese trabajo de sensaciones para hacer que el tomo tenga más páginas. En cualquier caso, merece la pena leerlo.
Totalmente de acuerdo con tus apreciaciones sobre esta obra, incluida la opinión sobre la edición. Normalmente Ponent Mon edita bien pero aquí creo que les ha movido el deseo de hacer un tomo que justifique un precio elevado. En todo caso, Taniguchi es uno de mis autores favoritos y en las obras de El caminante muestra justamente ese tono intimista que tanto me gusta. En la misma línea está Furari que es quizá mi obra preferida suya. Encuentro Furari superior por ser una obra unitaria pero tiene el mismo espíritu de disfrute tranquilo y profundo de la vida que El caminante Si alguien se anima y quiere leer más de Taniguchi, que no deje de leer también El almanaque d…