Madrid arde (arde Madrid) y nos hemos tomado un tiempo de descanso. Cada uno andamos en la nuestra, lejos del barrio que nos vincula y de los libros que nos unen. Unos andan de viaje por el norte, otros, esperando que el norte llegue a Madrid; les hay que tratan de apaciguar el calor bajo el ventilador a la hora de la siesta (esa siesta española que engendra vidas); alguna anda ubicando patucos y pañales, otros, quien sabe si encontrando lo que sea que han perdido.
Yo estoy en el campo y tengo ratos muertos donde el sol aprieta tanto, que perder un par de horas delante de la pantalla suena incluso excitante.
Esta es la primera publicación de esta página que nace hoy, en plena canícula de julio pero que se remonta al otoño del 21. Allí nació este proyecto que hoy toma forma digital. Al principio muy tímidamente y poco a poco con mas consistencia, nos reuníamos una vez al mes con los libros leídos, subrayados y, a veces, hasta interiorizados. Han sido unos cuantos:
Existiríamos el mar, de Belén Gopegui
Últimos días en Berlín, de Paloma Sánchez Garnica
Veinte minutos de silencio, de Hélène Bessette
El gato que amaba los libros, de Sosuke Natsukawa
Insolación, de Emilia Pardo Bazán
Obra Maestra, de Juan Tallón
Todos ellos comentados en sucesivas reuniones mensuales donde no sólo aprendíamos a leer con los ojos del otro, sino que aprendíamos de vinos, de lugares, de la vida y de las relaciones.
Llegó el verano, y decidimos hacer esta parada. Volveremos en Septiembre con la mirada limpia de ciudad, descansada de tintas y ansiosa de historias por compartir de nuevo.
Ya queda menos
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