Dicen que las bicicletas son para el verano. Como la sangría, como los vestidos sin medias y los viajes cantando con el mapa en una mano y la cámara de fotos en la otra.
El verano...la materialización de una promesa que se intuye ya en las calles de Madrid, entre almendros rebosantes de flores y terrazas rebosantes de gente. Rebosar, esa es la naturaleza de la primavera; rebosar para que el verano esté lleno de todo eso que tanto hemos extrañado en el invierno.
Así es también la infancia, o la primera juventud. Un rebose constante para que luego, pasados los años, regresemos a playas y pueblos a recoger un poco de aquello que allí se nos rebosó.
Cesare Pavese (1908-1950) era un escritor atormentado por su existencialismo. La temprana muerte de su padre, su relación escasa y trágica con las mujeres, la segunda guerra mundial... le llenaban de diversas tristezas que culminaron con su suicidio, a los 42 años. Sus últimos versos suponen una de las frases de desamor mas afiladas que recuerdo "Vendrá la muerte y tendrá tus ojos".
La Playa narra el reencuentro de dos viejos amigos de juventud, a los que la vida ha colocado en lugares comunes en los que no parecen sentirse cómodos del todo. Se ha escrito que la literatura de Pavese está impregnada de un erotismo andrógino, pues, si bien no se conocen datos que lleven a pensar que Pavese fuera homosexual, si que es cierto que los protagonistas de la novela no son ninguno de los dos matrimonios sobre los que versa la historia, sino los propios amigos como pareja. Y es que Pavese no habla de nada, lo dice todo es la trastienda, entre claroscuros, con sobre entendidos... En fin, que vamos a leer juntos esta novela de titulo tan evocador y con los comentarios nos vamos contando, hasta que llegue nuestra reunión.
Felices días de playa!
Vale. Hoy es la reunión del club, así que me lo vais a escuchar en vivo. Vaya co*azo.
El resto, esta tarde.