Diciembre es distópico

Ya está aquí. Si vives en Madrid y eres un ciudadano envuelto en la M30, ahora mismo estarás teniendo una ataque de emociones enfrentadas. Diciembre ha llegado, tenue, aún sin heladas y Madrid se desviste de naturaleza para enseñarnos una ciudad nueva, bellísima, en la que la arquitectura toma protagonismo. Ya no hay hojas en los árboles que te impidan ver cornisas, gárgolas, luminosos, cúpulas, relojes...

Pero Madrid es presumida y cuando se quita el vestido de vida, se pone el de bohemia. Sí, el alumbrado navideño se enciende esta semana y con él llega la otra sensación arrolladora de esta época: las masas. Desde esta semana y hasta la noche de Reyes, el centro de Madrid es el infierno en la Tierra. Gente comprando regalos, gente en cenas de empresa, gente en teatros y musicales, gente en colas para comprar lotería, café, jamón, turrón... Dan ganas de echarse al monte o atrincherarse en casa hasta después de las rebajas.

Si esa es tu opción, te comparto lo que hemos elegido este mes para el club de lectura. Este mes, ya lo sabes, está dedicado a la ciencia ficción. En anteriores ocasiones hemos leído "Farenheit 451" y "Un mundo feliz". No sé si por seguir con la trilogía de distopías más leídas de la historia o por puro azar, este año nos toca "1984".

De todas formas, por si te vas a atrincherar en tu casa hasta que termine la distopía de paz y amor, te dejo por aquí la lista de las sugerencias que entre los miembros del club propusimos para este mes:

• El fin de la eternidad, Isaac Asimov

• La peste escarlata, Jack London

• Las montañas de la locura, H.P. Lovecraft

• 1984, George Orwell

• 2001, una odisea espacial, Arthur C. Clark

• La mano izquierda de la oscuridad, Ursula Le Guin

• Las máquinas de Dios, Jack McDevitt

Y si además quieres una peli, para acompañar, nosotros combinaremos al Big Brother con "Encuentros en la tercera fase", de Spilberg.

En fin, que mucho ánimo. Esto es finito. Cuando llegue el solsticio empezará a haber más luz y en seguida, poco a poco, verás que la gente vuelve a su rutina de prozac y sucedáneos.

Mientras, lee.